CAPITULO 7: GIULIANA
Al día siguiente, en la calle, Juan Carlos [Martín Rivas], montando en su moto, se encuentra con Giselle [Mila Kunis]. La hermosa muchacha le da la espalda y no quiere atenderlo, pero, él no se da por vencido y la sigue: ¡Giselle! ¡Giselle!
-¡No tengo nada que hablar contigo!-, exclama Giselle.
-¡Por favor, déjame que te explique…!-, exclama Juan Carlos, cerrándole el paso con su moto. Ella no queda otro remedio que obedecerlo.
-¿Por qué me presentaste como tu amiga? ¿Y quién esa “zorra” que presentaste como tu novia?
-Discúlpame, por favor. Sé que lo que hice no ha sido lo correcto, pero, no tenía otro remedio.
-¿Cómo? Explícate, por favor, que no entiendo nada.
-Me encontré con unas amigas de mi madre y ellas me preguntaron por mi novia, entonces, se aparece esta muchacha de la nada… ¡Y zaz! ¡Me besa en la boca! ¡Y yo no podía hacer nada!
-¿Me estás diciendo que una muchacha de la nada te besa en la boca? ¿Y no le hiciste nada?
-No quería armar una escena y solo le seguía el juego. Tienes que creerme.
-No lo sé. Estoy confundida.
-Quizás, esto te ayude a cambiar de opinión.-, dice Juan Carlos que le guiña el ojo. Ella se derrite por el guiño del chico que, de inmediato, lo toma de sus ropas y le da un beso apasionado en la boca. Y los dos, en plena vía pública, se entregan a la pasión y el deseo. Pero, no sospechan que Mariela Diane [Camila Belle] pasa por ahí cerca y mira como Juan Carlos (su “ex”) se besa con Giselle: “Quién iba a pensarlo… qué rápido se olvidó Juan Carlos de mí…” Ella da la media vuelta y se retira de la presencia de la pareja. Pero, Mariela Diane no va a dar su brazo a torcer y busca recuperar el amor de Juan Carlos a toda costa.
Por su parte, Giuliana [Valeria Bringas] y Claudia Paola [Mayra Couto] llegan al restaurante “Malanga y Boniato” donde se encuentran con Lola [Eiza González], luciendo una minifalda muy corta, exhibiendo sus largas y torneadas piernas.
-¿Qué pasó, Giuliana? Te estaba esperando ayer en la discoteca y no te apareciste.-, pregunta Lola.
-Discúlpame, pero, tuve que salir temprano. Lo siento. ¿Me perdonas?-, dice Giuliana.
-No te preocupes. Te perdono.-, responde Lola, abrazando a su amiga.
En ese momento, viene Lorenzo Antonio [Rafael Rojas], el administrador del restaurante, quién llama la atención a las hermosas camareras: “¡Qué están haciendo aquí platicando! ¡A trabajar! ¡Y usted, señorita Giuliana, qué está haciendo aquí! ¿No se supone que usted renunció a esta empresa?”
-¡Ejem! ¡Jefecito!-, interviene Claudia Paola, -¿Por qué no le da una nueva oportunidad a mi amiga? Ella pide disculpas por lo sucedido ayer y quiere volver a reiniciar sus labores. Además, lo que sucedió fue culpa de un cliente sangrón. Por favor, jefecito, dele una oportunidad a Giuliana. Ella necesita el trabajo.
-Eso depende de ella si quiere volver a trabajar. Y usted, ¿Qué opina, señorita Giuliana? Quiere volver a trabajar, ¿O no?
-Si, claro, Don Lorenzo Antonio. Antetodo, quiero pedirle disculpas por mi reacción del otro día, y la verdad, me precipité en mi decisión. Necesito el trabajo y me gustaría volver a trabajar.
-Hummm… está bien. Entonces, usted está nuevamente contratada, pero, eso sí, otro desplante, y no volveré a tener misericordia con usted, ¿Entendido?
-Entendido, jefecito.-, responde Giuliana, dándole un beso en la mejilla. De inmediato, las guapas camareras se acomodan a sus puestos de trabajo.

En ese momento, ingresa Pedro Enrique [Aaron Díaz] llevando un enorme ramo de rosas rojas. Las chicas reaccionan impávidas por la presencia del muchacho. Claudia Paola le pide a Giuliana que se tranquilice.
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No te das cuenta que estoy trabajando?-, exclama Lola, indignada.
-¡Ejem! Solo he venido para que me perdones por lo sucedido ayer. Sé que me he portado mal y lo reconozco, por eso, te envío esta muestra de cariño, para lograr tu perdón. Lo siento.-, dice Pedro Enrique.
-Pues, me trataste muy mal…-, responde Lola.
-Si, claro. Y lo admito. Es que son los nervios… la presión de las grabaciones… perdóname… quisiera invitarte a cenar esta noche, ¿Aceptas?-, él le pregunta, guiñándole el ojo. La hermosa Lola suspira por el guiño de Pedro Enrique y está a punto de aceptar pero…
-¡Oiga! ¿Y su novia Michelle? ¿No que ustedes se quieren mucho?-, interviene Giuliana.
-¡Es cierto! ¡Usted está con Michelle! ¿Y me va a invitar a cenar a mí?-, exclama Lola.
Pedro Enrique mira a Giuliana con indignación pero, trata de guardar la compostura y mira a Lola con ternura.
-¡Ejem! ¡Pero, solo sería una cena entre amigos, es más, Michelle estará en la cena con nosotros!-, dice Pedro Enrique.
-Hummm… pues, si es así, entonces, acepto la invitación.-, responde Lola, guiñándole el ojo. Pedro Enrique se excita apenas la hermosa muchacha le guiña el ojo. Y de repente, le mira las piernas y se llena mucho más de excitación y deseo. El chico dice para sí mismo: “Hummm… la verdad no está mal esta muchacha… qué porte de piernas… dan ganas acariciarla… besarla… hacerla mía esta noche… lástima que estoy comprometido con la pesada de Michelle… todo por la farándula… pero, está Lola… está como quiere… la voy a hacer mía ó dejo de llamarme Pedro Enrique Sors Vilar. Lo juro.” Giuliana nota la mirada morbosa de Pedro Enrique pero, prefiere guardar la compostura para no tener más problemas con su jefe.
En un rincón del restaurante, Claudia Paola habla con Giuliana a solas…
-¡No soporto como ese desgraciado mira a Lola! ¡El solo busca aprovecharse de ella y su ingenuidad!-, dice Giuliana.
-Déjala así. El chico reconoce que cometió un error y le pide disculpas.
-Pero, ¿Invitarla a cenar en la noche? ¿Sabiendo que tiene novia?
-Dicen las “malas lenguas” que su relación con Michelle es solo publicidad: Como ella es la presentadora del programa de TV más exitoso y él es… el galán más cotizado.
-No sé, pero, esto no me da buena espina. Tenemos que ayudar a Lola.
-¿En qué me van a ayudar?-, interviene Lola.
-¡Lola! ¡No creo que ese chico tenga buenas intenciones! ¡Iremos juntas a cenar esa noche!-, exclama Giuliana.
-No, tú no te metas en esto… ya suficiente vergüenza me hiciste pasar, Giuliana, ¿Okay?-, sentencia Lola.
-Está bien.-, responde Giuliana. En ese momento, viene Don Lorenzo Antonio para decirles que hay que trabajar, y es cuando ellas se dirigen a sus puestos de trabajo.
Como es costumbre, viene Harold [Benjamin Sadler], el detective, acompañado de Susana Margarita [Marisol Correa] y es Giuliana la que los atiende. La hermosa peruana se emociona al ver al detective.
-¡Harold! ¡Qué milagro volverte a ver aquí! ¿Quieres el especial del día?-, exclama Giuliana.
-Hola, Giuliana, pues, aquí vine para almorzar. Estoy aquí con Susana Margarita porque quería mis servicios para ubicar a su hermana desaparecida hacer ya, largos años.
-Hola, muchacha, yo te conozco. Tú eres la novia del hijo de mi amiga Daphne.-, dice Susana Margarita a Giuliana. La bella peruana no entiende mucho y Susana Margarita le aclara que se trata de Juan Carlos, el chico que la besó en la discoteca “Xanadú.” Entonces, Giuliana se llena los ojos de emoción… y suspira por él…
-Si, claro, yo soy la novia de Juan Carlos, ¡Como no podría olvidarme! ¿Verdad?-, responde Giuliana.
-Oye, y Daphne sabe que tú… ¿Trabajas como mecera?-, pregunta Susana Margarita.
-Pues… ejem… la verdad… perdón, me está mirando el jefe, ¿Ya van a ordenar?-, dice Giuliana, cambiando la conversación, y después se dirige a la cocina para entregarle la orden al cocinero.
Mientras tanto, Michelle [Rachael Finch] está en su apartamento, revisando su libreto, cuando de pronto, recibe la visita de Manolo [Alex O´Loughlin] a quién ha contratado para arreglar un desperfecto en el baño. El hombre busca hacerle conversación a la hermosa muchacha…
-Hola, te cuento que el otro día vi tu película en la TV.-, dice Manolo.
-¡Uy, qué vergüenza!-, exclama la hermosa australiana.
-¿Por qué te avergüenzas?
-¡Es horrible! ¡El guión, la actuación, todo! ¡Pensé que habían quemado los negativos de la cinta!
-Pues, a mí no me pareció tan mala… además que sales muy hermosa en la película.
-¡Si, pero, mi actuación es horrible! ¿Por qué me torturas de esa manera?
-Bueno, está bien, cambiemos de tema, ¿Por qué no has vuelto a seguir haciendo películas? Lo haces muy bien.
-Soy mala actriz. Eso es lo que dicen los expertos. Además que me gusta lo que estoy haciendo ahora.
-¿Cómo? ¿Te gusta entrevistar a personas para que te cuenten su vida personal?
-Si, claro. Uno aprende mucho de la vida.
-Dime, ¿Y qué pasó con esa linda muchachita que soñaba con ganarse un Oscar? Incluso, recitaba todos los días como iba a ser su discurso de aceptación para cuando gane el premio.
-Pues, simplemente, comprendí que encontré mi verdadera vocación.
-Oye, Michelle, ¿Extrañas mucho Australia?-, pregunta suavemente.
-Bueno, sí, claro. Pero, yo vivo aquí y me va bien, ¿No?-, responde a la defensiva.
-Está bien.-, responde seriamente. De repente, como por arte de magia, suena el equipo de sonido y se escucha una romántica balada del grupo “Take That”: “Whenever I said/ Whenever I did/ I didn`t meant it/ I just want you back for good.” (Interprete: Take That). La sensual melodía pone a Manolo nostálgico y suspira por esa hermosa mujer. Pensar en las jugadas del destino: Ella es ahora la “diva” de la tele y él, solo un simple “todero” (handyman).
-Oye Michelle, ¿Te acuerdas de esa canción? ¡Los viajes a la playa, las matineés, las escapadas del colegio!
-¡Claro, como no me iba a acordar! ¡Qué tiempos aquellos!-, ella responde guiñándole el ojo. El suspira por ella.
-¿Bailamos? No tengas miedo. Déjate llevar por la melodía.-, el chico le extiende la mano. Ella se pone nerviosa, pero, él, suavemente, la toma de sus ropas y, muy juntitos, se dejan llevar por la melodía. “Whenever I’m Strong/ Just tell me the song and I´ll sing it/ You´ll be right and understood/ Want you back, want you back/ I want you back for good.”
Pareciera que el tiempo hubiera regresado como aquellos días en Townsville, Australia, cuando apenas eran dos jóvenes adolescentes con sueños y alegrías… pero, en ese momento, Rachel regresa a su realidad…
-¡No, esto no es posible! ¡Por favor, retírate de aquí!
-¿Qué pasa, Rachel? ¿No quieres estar conmigo, otra vez? Sé que tú todavía sientes algo por mí.
-Lo nuestro es asunto del pasado, amor adolescente. Ahora somos adultos y lo nuestro no puede ser.
-Yo sé que todo este asunto con Pedro Enrique es pura publicidad. Tú no lo amas. Eres incapaz de amar a alguien así.
-¡Tengo que grabar mi programa! ¡Así que si no tienes nada que hacer, por favor, puedes retirarte!
-Me contrataste para arreglar tu baño, ¿Te acuerdas? Y no me voy hasta arreglar el desperfecto. Permiso.
El se dirige al baño para arreglar el desperfecto, mientras que ella, nerviosa, trata de ponerse al día con sus libretos, cuando en ese momento, tropieza con una bolsa… ¡Auch! y el joven la ayuda a levantarse. El descubre que la bolsa contiene miles de sobres de carta con admiradores de su programa.
-¡Vaya! ¿Todas esas cartas son de tus admiradores? ¡Hay como milochocientas…!-, exclama Manolo.
-Y no te imaginas todas las cartas que me mandan por Facebook, Twiitter e e-mail. ¿Ahora entiendes por qué no puedo desalentarlos? Temo decepcionarlos y que no les guste mi trabajo como actriz. Tengo que seguir en el programa.
-Tus fanáticos lo entenderán. Si realmente, te admiran, claro.
En ese momento, ella descubre un sobre que le llama la atención. Verifica el remitente y lee: “Daniel Jackson” Ella siente algo familiar en el nombre. Ella piensa: “¿Daniel Jackson? ¿Dónde he escuchado ese nombre?” Entonces, abre el sobre y lee la carta. La carta contiene un poema muy bonito de su autoría y un dibujo de Michelle en atuendo de super-heroína y la inscripción: “Para Michelle, mi chica de fuego y la que me desvela todas las noches.”
-¡Vaya! ¡Este chico, Daniel, si que está loquito de ti! ¿No tiene otra cosa que hacer?-, exclama Manolo, sarcástico.
-¡Claro! ¡Este es el chico que me hablaron en esa tienda! ¡Tengo que conocerlo!-, exclama la bella mujer.
En ese mismo instante, Daniel [Mario Casas] alterna su monótona vida en el estudio con su trabajo en el cine, siempre cargando su libreta de apuntes en caso que aparezca una nueva idea… y su mente cada vez se confunde y piensa en Michelle, su amor platónico inalcanzable, y en la misteriosa Giuliana.
CONTINUARA…

-¡No tengo nada que hablar contigo!-, exclama Giselle.
-¡Por favor, déjame que te explique…!-, exclama Juan Carlos, cerrándole el paso con su moto. Ella no queda otro remedio que obedecerlo.
-¿Por qué me presentaste como tu amiga? ¿Y quién esa “zorra” que presentaste como tu novia?
-Discúlpame, por favor. Sé que lo que hice no ha sido lo correcto, pero, no tenía otro remedio.
-¿Cómo? Explícate, por favor, que no entiendo nada.
-Me encontré con unas amigas de mi madre y ellas me preguntaron por mi novia, entonces, se aparece esta muchacha de la nada… ¡Y zaz! ¡Me besa en la boca! ¡Y yo no podía hacer nada!
-¿Me estás diciendo que una muchacha de la nada te besa en la boca? ¿Y no le hiciste nada?
-No quería armar una escena y solo le seguía el juego. Tienes que creerme.
-No lo sé. Estoy confundida.
-Quizás, esto te ayude a cambiar de opinión.-, dice Juan Carlos que le guiña el ojo. Ella se derrite por el guiño del chico que, de inmediato, lo toma de sus ropas y le da un beso apasionado en la boca. Y los dos, en plena vía pública, se entregan a la pasión y el deseo. Pero, no sospechan que Mariela Diane [Camila Belle] pasa por ahí cerca y mira como Juan Carlos (su “ex”) se besa con Giselle: “Quién iba a pensarlo… qué rápido se olvidó Juan Carlos de mí…” Ella da la media vuelta y se retira de la presencia de la pareja. Pero, Mariela Diane no va a dar su brazo a torcer y busca recuperar el amor de Juan Carlos a toda costa.
Por su parte, Giuliana [Valeria Bringas] y Claudia Paola [Mayra Couto] llegan al restaurante “Malanga y Boniato” donde se encuentran con Lola [Eiza González], luciendo una minifalda muy corta, exhibiendo sus largas y torneadas piernas.
-¿Qué pasó, Giuliana? Te estaba esperando ayer en la discoteca y no te apareciste.-, pregunta Lola.
-Discúlpame, pero, tuve que salir temprano. Lo siento. ¿Me perdonas?-, dice Giuliana.
-No te preocupes. Te perdono.-, responde Lola, abrazando a su amiga.
En ese momento, viene Lorenzo Antonio [Rafael Rojas], el administrador del restaurante, quién llama la atención a las hermosas camareras: “¡Qué están haciendo aquí platicando! ¡A trabajar! ¡Y usted, señorita Giuliana, qué está haciendo aquí! ¿No se supone que usted renunció a esta empresa?”
-¡Ejem! ¡Jefecito!-, interviene Claudia Paola, -¿Por qué no le da una nueva oportunidad a mi amiga? Ella pide disculpas por lo sucedido ayer y quiere volver a reiniciar sus labores. Además, lo que sucedió fue culpa de un cliente sangrón. Por favor, jefecito, dele una oportunidad a Giuliana. Ella necesita el trabajo.
-Eso depende de ella si quiere volver a trabajar. Y usted, ¿Qué opina, señorita Giuliana? Quiere volver a trabajar, ¿O no?
-Si, claro, Don Lorenzo Antonio. Antetodo, quiero pedirle disculpas por mi reacción del otro día, y la verdad, me precipité en mi decisión. Necesito el trabajo y me gustaría volver a trabajar.
-Hummm… está bien. Entonces, usted está nuevamente contratada, pero, eso sí, otro desplante, y no volveré a tener misericordia con usted, ¿Entendido?
-Entendido, jefecito.-, responde Giuliana, dándole un beso en la mejilla. De inmediato, las guapas camareras se acomodan a sus puestos de trabajo.

En ese momento, ingresa Pedro Enrique [Aaron Díaz] llevando un enorme ramo de rosas rojas. Las chicas reaccionan impávidas por la presencia del muchacho. Claudia Paola le pide a Giuliana que se tranquilice.
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No te das cuenta que estoy trabajando?-, exclama Lola, indignada.
-¡Ejem! Solo he venido para que me perdones por lo sucedido ayer. Sé que me he portado mal y lo reconozco, por eso, te envío esta muestra de cariño, para lograr tu perdón. Lo siento.-, dice Pedro Enrique.
-Pues, me trataste muy mal…-, responde Lola.
-Si, claro. Y lo admito. Es que son los nervios… la presión de las grabaciones… perdóname… quisiera invitarte a cenar esta noche, ¿Aceptas?-, él le pregunta, guiñándole el ojo. La hermosa Lola suspira por el guiño de Pedro Enrique y está a punto de aceptar pero…
-¡Oiga! ¿Y su novia Michelle? ¿No que ustedes se quieren mucho?-, interviene Giuliana.
-¡Es cierto! ¡Usted está con Michelle! ¿Y me va a invitar a cenar a mí?-, exclama Lola.
Pedro Enrique mira a Giuliana con indignación pero, trata de guardar la compostura y mira a Lola con ternura.
-¡Ejem! ¡Pero, solo sería una cena entre amigos, es más, Michelle estará en la cena con nosotros!-, dice Pedro Enrique.
-Hummm… pues, si es así, entonces, acepto la invitación.-, responde Lola, guiñándole el ojo. Pedro Enrique se excita apenas la hermosa muchacha le guiña el ojo. Y de repente, le mira las piernas y se llena mucho más de excitación y deseo. El chico dice para sí mismo: “Hummm… la verdad no está mal esta muchacha… qué porte de piernas… dan ganas acariciarla… besarla… hacerla mía esta noche… lástima que estoy comprometido con la pesada de Michelle… todo por la farándula… pero, está Lola… está como quiere… la voy a hacer mía ó dejo de llamarme Pedro Enrique Sors Vilar. Lo juro.” Giuliana nota la mirada morbosa de Pedro Enrique pero, prefiere guardar la compostura para no tener más problemas con su jefe.

-¡No soporto como ese desgraciado mira a Lola! ¡El solo busca aprovecharse de ella y su ingenuidad!-, dice Giuliana.
-Déjala así. El chico reconoce que cometió un error y le pide disculpas.
-Pero, ¿Invitarla a cenar en la noche? ¿Sabiendo que tiene novia?
-Dicen las “malas lenguas” que su relación con Michelle es solo publicidad: Como ella es la presentadora del programa de TV más exitoso y él es… el galán más cotizado.
-No sé, pero, esto no me da buena espina. Tenemos que ayudar a Lola.
-¿En qué me van a ayudar?-, interviene Lola.
-¡Lola! ¡No creo que ese chico tenga buenas intenciones! ¡Iremos juntas a cenar esa noche!-, exclama Giuliana.
-No, tú no te metas en esto… ya suficiente vergüenza me hiciste pasar, Giuliana, ¿Okay?-, sentencia Lola.
-Está bien.-, responde Giuliana. En ese momento, viene Don Lorenzo Antonio para decirles que hay que trabajar, y es cuando ellas se dirigen a sus puestos de trabajo.
Como es costumbre, viene Harold [Benjamin Sadler], el detective, acompañado de Susana Margarita [Marisol Correa] y es Giuliana la que los atiende. La hermosa peruana se emociona al ver al detective.
-¡Harold! ¡Qué milagro volverte a ver aquí! ¿Quieres el especial del día?-, exclama Giuliana.
-Hola, Giuliana, pues, aquí vine para almorzar. Estoy aquí con Susana Margarita porque quería mis servicios para ubicar a su hermana desaparecida hacer ya, largos años.
-Hola, muchacha, yo te conozco. Tú eres la novia del hijo de mi amiga Daphne.-, dice Susana Margarita a Giuliana. La bella peruana no entiende mucho y Susana Margarita le aclara que se trata de Juan Carlos, el chico que la besó en la discoteca “Xanadú.” Entonces, Giuliana se llena los ojos de emoción… y suspira por él…
-Si, claro, yo soy la novia de Juan Carlos, ¡Como no podría olvidarme! ¿Verdad?-, responde Giuliana.
-Oye, y Daphne sabe que tú… ¿Trabajas como mecera?-, pregunta Susana Margarita.
-Pues… ejem… la verdad… perdón, me está mirando el jefe, ¿Ya van a ordenar?-, dice Giuliana, cambiando la conversación, y después se dirige a la cocina para entregarle la orden al cocinero.

-Hola, te cuento que el otro día vi tu película en la TV.-, dice Manolo.
-¡Uy, qué vergüenza!-, exclama la hermosa australiana.
-¿Por qué te avergüenzas?
-¡Es horrible! ¡El guión, la actuación, todo! ¡Pensé que habían quemado los negativos de la cinta!
-Pues, a mí no me pareció tan mala… además que sales muy hermosa en la película.
-¡Si, pero, mi actuación es horrible! ¿Por qué me torturas de esa manera?
-Bueno, está bien, cambiemos de tema, ¿Por qué no has vuelto a seguir haciendo películas? Lo haces muy bien.
-Soy mala actriz. Eso es lo que dicen los expertos. Además que me gusta lo que estoy haciendo ahora.
-¿Cómo? ¿Te gusta entrevistar a personas para que te cuenten su vida personal?
-Si, claro. Uno aprende mucho de la vida.
-Dime, ¿Y qué pasó con esa linda muchachita que soñaba con ganarse un Oscar? Incluso, recitaba todos los días como iba a ser su discurso de aceptación para cuando gane el premio.
-Pues, simplemente, comprendí que encontré mi verdadera vocación.
-Oye, Michelle, ¿Extrañas mucho Australia?-, pregunta suavemente.
-Bueno, sí, claro. Pero, yo vivo aquí y me va bien, ¿No?-, responde a la defensiva.
-Está bien.-, responde seriamente. De repente, como por arte de magia, suena el equipo de sonido y se escucha una romántica balada del grupo “Take That”: “Whenever I said/ Whenever I did/ I didn`t meant it/ I just want you back for good.” (Interprete: Take That). La sensual melodía pone a Manolo nostálgico y suspira por esa hermosa mujer. Pensar en las jugadas del destino: Ella es ahora la “diva” de la tele y él, solo un simple “todero” (handyman).
-Oye Michelle, ¿Te acuerdas de esa canción? ¡Los viajes a la playa, las matineés, las escapadas del colegio!
-¡Claro, como no me iba a acordar! ¡Qué tiempos aquellos!-, ella responde guiñándole el ojo. El suspira por ella.
-¿Bailamos? No tengas miedo. Déjate llevar por la melodía.-, el chico le extiende la mano. Ella se pone nerviosa, pero, él, suavemente, la toma de sus ropas y, muy juntitos, se dejan llevar por la melodía. “Whenever I’m Strong/ Just tell me the song and I´ll sing it/ You´ll be right and understood/ Want you back, want you back/ I want you back for good.”
Pareciera que el tiempo hubiera regresado como aquellos días en Townsville, Australia, cuando apenas eran dos jóvenes adolescentes con sueños y alegrías… pero, en ese momento, Rachel regresa a su realidad…
-¡No, esto no es posible! ¡Por favor, retírate de aquí!
-¿Qué pasa, Rachel? ¿No quieres estar conmigo, otra vez? Sé que tú todavía sientes algo por mí.
-Lo nuestro es asunto del pasado, amor adolescente. Ahora somos adultos y lo nuestro no puede ser.
-Yo sé que todo este asunto con Pedro Enrique es pura publicidad. Tú no lo amas. Eres incapaz de amar a alguien así.
-¡Tengo que grabar mi programa! ¡Así que si no tienes nada que hacer, por favor, puedes retirarte!
-Me contrataste para arreglar tu baño, ¿Te acuerdas? Y no me voy hasta arreglar el desperfecto. Permiso.
El se dirige al baño para arreglar el desperfecto, mientras que ella, nerviosa, trata de ponerse al día con sus libretos, cuando en ese momento, tropieza con una bolsa… ¡Auch! y el joven la ayuda a levantarse. El descubre que la bolsa contiene miles de sobres de carta con admiradores de su programa.
-¡Vaya! ¿Todas esas cartas son de tus admiradores? ¡Hay como milochocientas…!-, exclama Manolo.
-Y no te imaginas todas las cartas que me mandan por Facebook, Twiitter e e-mail. ¿Ahora entiendes por qué no puedo desalentarlos? Temo decepcionarlos y que no les guste mi trabajo como actriz. Tengo que seguir en el programa.
-Tus fanáticos lo entenderán. Si realmente, te admiran, claro.
En ese momento, ella descubre un sobre que le llama la atención. Verifica el remitente y lee: “Daniel Jackson” Ella siente algo familiar en el nombre. Ella piensa: “¿Daniel Jackson? ¿Dónde he escuchado ese nombre?” Entonces, abre el sobre y lee la carta. La carta contiene un poema muy bonito de su autoría y un dibujo de Michelle en atuendo de super-heroína y la inscripción: “Para Michelle, mi chica de fuego y la que me desvela todas las noches.”
-¡Vaya! ¡Este chico, Daniel, si que está loquito de ti! ¿No tiene otra cosa que hacer?-, exclama Manolo, sarcástico.
-¡Claro! ¡Este es el chico que me hablaron en esa tienda! ¡Tengo que conocerlo!-, exclama la bella mujer.
En ese mismo instante, Daniel [Mario Casas] alterna su monótona vida en el estudio con su trabajo en el cine, siempre cargando su libreta de apuntes en caso que aparezca una nueva idea… y su mente cada vez se confunde y piensa en Michelle, su amor platónico inalcanzable, y en la misteriosa Giuliana.
CONTINUARA…
Pedro Enrique Es idiota
ReplyDeleteBastante... pero, tiene buenos gustos (jejejeje). :)
ReplyDeleteSí. Ja ja ja ja ja ja ja ja ja
DeleteClaro te besa una desconocida y sigues el juego, pero conste que no te gustó nada. Ja ja ja ja ja ja ja
ReplyDelete¿En plena vía pública? Ja ja ja. La pasión
ReplyDeleteAy Giuliana como te hace falta el trabajo no te queda más remedio que claudicar
ReplyDeleteYa sabes Guliana, portate bien
ReplyDeleteDale otra oportunidad al muchacho, Lola, pero si te vuelve a tratar mal me lo mandas y yo le mando a tomar viento por ti
ReplyDeleteAh, no Enrique eso no se hace. La infidelidad es fea, y da igual quien se la haga a quien
ReplyDeleteA ver si la muchacha encuentra a su hermana
ReplyDeleteManolo parece buen chico
ReplyDeleteManolo y Michelle son muy tiernos
ReplyDeleteMe gusta la idea del creador que toma a cuatro chicas como inspiración para sus heroínas.. Eso le da un toque distinto a la historia.
ReplyDeleteA mí me encantaría que Daniel yMichel quedaran juntos, que se le hiciera realidad su amor platónico y tal vez más adelante Manolo y Nina se conozca y unan sus soledades...
ReplyDeleteCómo cambió Pedro Enrique, je,je.