CAPITULO 1: GIULIANA

CAPITULO 1: GIULIANA

En un apartamento ubicado en un sector humilde de Miami, vive Giuliana, una hermosa emigrante peruana junto con Claudia Paola, su bellisima amiga. Como todos los que emigran a ese país, ellas van tras el anhelado “sueño americano”, pero, se han dado cuenta que la vida en Estados Unidos no es tan fácil como ellas pensaban.

Al día siguiente, Claudia Paola se despierta e ingresa al cuarto de Giuliana, quién todavía duerme como un lirón. Entonces, Claudia Paola abre las cortinas de la ventana, dejando escapar los potentes rayos solares, logrando que Giuliana se despertara con pereza.
-¡Despierta, Giuliana! ¡Apúrate, tienes que alistarte para ir a trabajar!
-¡Ya, pues! ¡Un ratito, no seas malita! ¡Fíjate que tenía un lindo sueño! ¡Soñaba que era rica y famosa y que vivía en una mansión inmensa con piscina!
-¡Si, pues! ¡Pero, esto es la realidad! ¡Y ahora vamos a trabajar!
-¡Pucha! ¡Qué aburrido! ¡La verdad, no pensé que venir aquí fuera tan difícil!
-Bueno, no te quejes, que al menos tenemos trabajo y un lugar para vivir.
-¿Llamas esto un lugar para vivir? ¡Esto es una pocilga de mala muerte!
-¿Y que querías? ¿Vivir en el Hilton? No, pues, querida, tienes que ser agradecida en la vida. Además, no podemos quedar mal con el padrino de Lola. Ella se ha portado muy bien con nosotras. Vamos, alístate, y bañate, para tomar juntas el autobús.

Giuliana estira los brazos para desestresarse, bosteza, y se dirige rumbo al baño. Se despoja a ropa rápidamente. Está completamente desnuda, e ingresa a la ducha para bañarse. Un chorro de agua moja todo su esbelto cuerpecito. Toma el jabón. Se jabona las piernas, los senos, la espalda, y su bello rostro.

Mientras tanto, en ese mismo instante, en un lujoso penthouse de la ciudad, viven Juan Carlos y Daniel, dos hermanos muy diferentes de carácter. Mientras que Juan Carlos es sociable y mujeriego, por el contrario, Daniel, es mas introvertido, del cual, solo le importa estudiar, y que todavía busca a la mujer de sus sueños.

Juan Carlos se despierta y se prepara para ir a su clase. En ese momento, recibe un mensaje de texto: “Hoy será nuestra gran noche. Te amo, Mariela Diane” En ese momento, viene Ms. Daphne, su mamá.

-Hijo, ¿Puedes despertar a tu hermano?
-¿No se ha despertado, Daniel?
-Asi es. Y me preocupa. ¡Cada vez más alejado de la realidad! ¿Por qué no le presentas amigas?
-Pues, intento volverlo más sociable pero, la verdad, es inútil. Solo para soñando.
-Anda a su cuarto a despertarlo.
Juan Carlos se dirige al cuarto de Daniel. Le quita la sábana y le abre las cortinas rápidamente. Daniel se levanta, fastidiado por la luz del sol que emana desde la ventana.
-Despierta, flojonazo, hay que ir a estudiar.
-¿Qué hora es?
-Son un cuarto para las siete.
-¡Uy! ¡Se está haciendo tarde! ¡Me pasé toda la noche estudiando!
Daniel corre rapidamente al cuarto para bañarse.

De repente, Juan Carlos fija su mirada una revista de farándula, con la foto de una bellísima mujer: “Michelle: La diva del momento.” El exclama con extrañeza: ¿Y desde cuando mi hermano lee estas revistas de farándula? Comienza a hojear la revista. Muestran unas fotos de Michelle en ropa de baño, haciendo poses muy sensuales. ¡Uau! El se impresiona por la belleza de esa mujer. En ese momento, viene Daniel.
-¿Se puede saber que haces esculcando mis cosas?-, pregunta Daniel, enojado.
-¿No sabía que leías este tipo de revistas? ¡Oye! ¡Está linda la chica! Pero, ¿No crees que mejor se vería con una mujer de verdad?
-¡Ella es una mujer de verdad!
-¿No te das cuenta que todo esto es pura fantasía? ¡Esa chica no es real!
-¡Michelle es real! ¡Es auténtica, genuina!
-¿La has visto acaso? ¿Has hablado con ella? ¿Y que hay de Nina? Ella está loquita por ti.
-¡Ya basta! ¡Y deja de estar rebuscando mis cosas!
Juan Carlos deja la revista en el velador.

Por su parte, Giuliana y Claudia Paola toman un breve desayuno, leche con pan con mantequilla y se dirigen rumbo al paradero del bus. Las dos visten atrevidas minifaldas que despiertan miradas pícaras y seductoras de los chicos. Se sientan un rato. Giuliana está aburrida. En ese momento, se detiene a mirar la valla publicitaria del edificio de al frente: “Michelle y Pedro Enrique, la pareja del momento.” Le habla a su amiga.
-¡Claudia Paola! ¡Mira! ¡Son Michelle y Pedro Enrique!
-¿Y ellos quienes son?
-¿No sabes quienes son? ¡Son los protagonistas de la telenovela del momento! ¡Hacen una linda pareja, y son novios en la vida real!
-Pues, no me interesa esa vida. Me parece muy superficial. Nada es lo que parece.
Ella calla. Las dos chicas Siguen esperan el bus.
-¡Oye! ¡Si que se demora el bus! ¿No?
-Asi es. No seas impaciente. Por eso, te dije para que levantaras temprano. Pero, no te preocupes, que el proximo año, nos compraremos un auto.
-¡Oye! ¿Qué te parece si “tiramos dedo”?-, dice Giuliana.
-¿Estás loca? ¡Eso es muy peligroso! ¿Y si nos toca un depredador sexual?
-¡Ya, amiga, no seas tan desconfiada! ¡La cosa no es tan mala! ¡Ya verás!
Giuliana, entonces, se acomoda su escote, y tira dedo. Se detiene un “Toyota Celica” del año 1993, en buen estado. Baja la luna del auto. Un chico se excita al ver a Giuliana quién le sonríe.
-Hola guapo. ¿Nos llevas a mi y mi amiga? Nos vamos a trabajar.

Giuliana y su amiga se suben al auto de un chico. Durante el trayecto, Giuliana finge que hace calor, y se acomoda su escote, mientras alborota su cabello. El chico, mirándola de reojo por el retrovisor, trata de controlar sus impulsos, pero, se deja vencer por la sensualidad de aquella bella mujer. Ella cruza las piernas, y se sube un poco la falda. Ella le sonríe. El chico comienza a sudar desesperadamente y casi pierde control del volante, pero, gracias a su habilidad, logra mantener el control. Claudia Paola le llama la atención a su amiga.
-¡Giuliana, por favor! ¡Tranquilízate que el joven no puede manejar tranquilo!
-¡No me molesta para nada, señorita! ¡Su amiga es muy linda!-, dice el chico.
-Gracias. Perdón, ¿Cómo te llamas?-, sonríe Giuliana.
-Me llamo Manolo Dundee.-, responde.
-¿De donde eres, Manolo Dundee?-, pregunta Giuliana.
-Soy de Melbourne, Australia, pero, mi madre es española. Y ustedes, ¿De donde son?-, responde.
-Somos peruanas.-, responde Giuliana, mientras vuelve a cruzar las piernas.
-¡Vaya! ¡Me encanta la comida peruana!
-¿Le gusta la comida peruana, Don Manolo?-, pregunta Giuliana.
-¡Me encanta! ¡Mi plato favorito es el Ceviche, el Lomo Saltado, y por supuesto, el Arroz Chaufa! ¡Para chuparse los dedos!-, responde Manolo.
Continúa la amena plática, mientras se dirigen rumbo al restaurante.

Después de mucho tiempo manejando, finalmente, llegaron a su destino.

-¿Cuándo le debemos, señor?-, pregunta Claudia Paola, sacando dinero de su billetera.
-No me deben nada. Es gratis.
-Pero, al menos, acéptenos esto para pagar la gasolina.-, dice Claudia Paola, entregándole un billete de 20 dólares.
-¡No, no! ¡Insisto, no tienen que pagarme nada!-, responde, recibiendo los 20 dólares y guardárselos en el bolsillo.
Las chica se bajan del auto. Giuliana le sonríe.
-Nos vemos, Manolo, mucho gusto en conocerte.-, dice Giuliana, muy sensual.
-Es un placer de conocerlas, chicas. Tomen, aquí está mi número de teléfono, soy “handyman”, hago de todo: Plomería, electricidad, dishwasher, ampliaciones, construcción, todo lo que necesiten, lo hago yo. Y mis estimados son gratis.-, le entrega su tarjeta.
-Eres muy amable, Manolo.-, dice Giuliana. Pero, antes de recibir la tarjeta, Claudia Paola se la anticipa y la recibe. Manolo se retira, suspirando por Giuliana, y maneja su “Toyota Celica 1993” a mucha velocidad. Durante el trayecto, Manolo suspira por Giuliana y anhela poder verla nuevamente.
CONTINUARA…