CAPITULO 20: GIULIANA
*Actuaciones especiales:
*Actuaciones especiales:
***Ursula Coberó y Andrea Duro como las chicas de la hermandad “Zeta Phi Alpha.”


Esa tarde, Violante [Olivia Newton-John] le muestra el apartamento que le compró a Giuliana [Valeria Bringas] y a su amiga Claudia Paola [Mayra Couto]. Giuliana está emocionada por el lujo del apartamento, pero, Claudia Paola luce desconfiada. Violante nota a Claudia Paola y se acerca a preguntarlo…
-¿Te pasa algo, Claudia Paola? No luces del todo contenta…
-¡Bah! ¡No le haga caso, señora Violante! ¡Es una “aguada”!-, exclama Giuliana.
-No es eso… ¿Pero, como vamos a pagar todo esto si ni siquiera tenemos trabajo?-, pregunta Claudia Paola.
-¡Claro que tenemos trabajo! ¿No te das cuenta que somos las asistentes personales de Violante?-, pregunta Giuliana.
-¿En serio? ¡Eso no lo sabía!-, responde Claudia Paola en tono sarcástico.
-¡No te hagas la desinteresada que no te queda! ¡Y agradece el detalle de la señora Violante!-, dice Giuliana.
-¡Eres una ingenua! ¡Todo este lujo podrá cegarte a ti, pero, a mí no me engaña esa señora!-, dice Claudia Paola.
-¡Oye! ¡Más respeto con la señora Violante!-, exclama Giuliana.
-¡Basta, basta! ¡Claudia Paola tiene razón en desconfiar en mí. Después de todo, soy solo una extraña que de repente, les ofrece el cielo y la tierra. Pero, te juro que mis intenciones son sinceras.-, dice Violante, y le pide a Claudia Paola para hablar a solas. Giuliana se retira para ver la pantalla en el Televisor con plasma y cable con canales HD… ¡Uau! La bella Giuliana se impresiona de solo ver los botones del control remoto.
En un rincón, Violante habla con Claudia Paola a solas..
-Dígame, señora, si se le puede decir señora, ¿Qué se trae con Giuliana y conmigo? -, dice Claudia Paola, sospechosa.
-¡Te juro, Claudia Paola que mis intenciones son sinceras! ¡Porque debo saldar una deuda que tengo pendiente…!
-¿Una deuda? ¿De qué está usted hablando?-, pregunta, impávida.
-¡Tengo una deuda con Giuliana! ¡Porque me arrepiento haberla dejado cuando era una bebé!-, exclama Violante.
-¿De qué está usted hablando? ¿No me diga que usted es…?
-¡Si, soy la madre de Giuliana! ¡Aquella madre que la abandonó de pequeña porque creía que iba a luchar tras su sueño, cuando en realidad, su deber era atender a su niña! ¿Ahora comprendes porque soy tan amigable con ella?
Claudia Paola está impactada por la revelación de Violante, mientras que en el otro cuarto, Giuliana, cruzando sus piernas y moviendo los hombros, se entretiene cambiando los canales del cable… se divierte con los documentales… las telenovelas… las películas de amor… y la bella Giuliana suspira apasionada por una escena de amor y se imagina que Juan Carlos… ó Daniel… la besan a ella…
De vuelta en la habitación, Violante sigue hablándole a Claudia Paola…
-¡Esto es inaúdito! ¡Giuliana tiene que saber que encontró su madre!-, exclama Claudia Paola.
-¡No, por favor! ¡No lo hagas! ¡No quiero que Giuliana se entere que soy su madre!-, exclama Violante.
-Pero, ¿Por qué? Creo que ella está en todo el derecho de saberlo…
-¡No! ¡Porque temo que Giuliana me rechace!
-Eso que usted se lo ganó… ¿No se imagina las dificultades que ella pasó en la vida? ¿Dónde estuvo usted cuando ella iba al colegio? ¿O cuando ella se enfermó? ¡Han pasado 20 años sin que ella sintiera el amor de una madre y ahora viene, de repente, con regalos baratos para recuperar lo que usted nunca le ofreció!
-Si, lo admito… ¡Y no te imaginas lo arrepentida que estoy!
-¿Cree que eso es suficiente? Lo siento, pero, creo que Giuliana y yo estamos sobrando aquí. Permiso.-, dice Claudia Paola, mientras le avisa a Giuliana para retirarse. Giuliana no entiende lo que está pasando…
-¡Creo que la señora Violante es quién debe explicarte porque no debemos estar aquí!-, dice Claudia Paola, mirando a la señora Violante, pero, la señora prefiere callar del miedo… y es cuando ambas muchachas se retiran del apartamento.
Camino al ascensor, ellas se encuentran con Manolo [Alex O’Loughlin], vestido con su overol y cinturón de herramientas. Giuliana le guiña el ojo y le mueve los hombros al hombre, mientras que él suspira por ella…
-¡Manolo! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí! ¿Qué estás haciendo?-, pregunta Giuliana, sonriendo al hombre.
-Bueno, vengo de hacer un trabajito en un apartamento cerca, ¿Ustedes?-, pregunta Manolo, sonriente.

Rato después, Michelle camina por los pasadizos de la Universidad, cuando de pronto, pasa cerca de una mesa con inscripciones de alfabeto griego, “Zeta Phi Alpha”, es el nombre de la “Sorority”, la hermandad de mujeres, y de pronto, la hermosa Michelle se pone nostálgica… ¡Snif! En ese momento, dos hermosas chicas [Ursula Coberó y Andrea Duro], una rubia y otra de cabello negro, y con marcado acento español, se le acercan hablar a la hermosa Michelle…
-¡Oye! ¿Acaso no eres Michelle, la presentadora de TV? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice al rubia.
-Si, claro. Vine un ratito… ¿Ustedes son miembras de la hermandad?-, responde Michelle.
-¡Por supuesto! ¡Somos la hermandad de mujeres número uno del todo el país!
-Si, claro, yo pertenecí a esa hermandad… cuando estudiaba en la Universidad de California.
-¿Por qué hablas en pasado? ¡Uno nunca deja de pertenecer a “Zeta Phi Alpha”! ¡Eso es para siempre!-, dice la morena.
-Y nosotras nos sentimos muy halagadas de tener a una celebridad famosa con nosotras. Yo soy Ursula.-, dice la rubia.
-Mucho gusto y yo soy Andrea. Y te queremos invitar a una fiesta este Viernes.-, responde la morena. De pronto, se saludan con el juramento de la Hermandad… intercambian palmadas y se golpean levemente la cola cada una… ¡Zeta Phi! ¡Zeta Phi! ¡Zeta Phi Alpha!
En ese momento, pasa Daniel [Mario Casas], muy apurado. Michelle lo reconoce. Daniel voltea. Michelle le guiña el ojo y él se pone nervioso que se caen los libros al suelo. Ursula y Andrea se ríen de él, pero, Michelle les llama la atención…
-¡Cállense! ¡No se burlen del muchacho! ¡Creo que como buenas “Zeta Phi Alpha” debemos ayudarlos!-, dice Michelle quién se ofrece a levantar los libros a Daniel, pero, él, muy galante, no acepta. Michelle le sonríe a Daniel y le habla:
-Hola Daniel, qué bueno encontrarte aquí… quiero presentarte a unas amigas de la hermandad que pertenezco.
-No sabía que pertenecieras a una “Sorority”… ¡Tengo entendido que son pandillas organizadas!-, dice Daniel.
-¿Quién te dijo eso, muchacho? ¡Eso es una vil mentira!-, exclaman Andrea y Ursula con indignación.
-¡Ejem! ¡La verdad estás equivocado muchacho! ¡Las hermandades son grupos de muchachos que se reunen para compartir experiencias en la vida! ¡Son emocionantes! ¿Sabes? ¡Este Viernes, hay una fiesta! ¿Quieres ir?
-No creo… tengo una cita con mi novia…-, dice Daniel, nervioso.
-¿Tienes novia?-, preguntan las dos chicas al unísono.
-Si, claro. Se llama Nina y la quiero mucho. Ella trabaja en una tienda de nostalgia, muy cerca de aquí.-, dice Daniel.
-¡Yo creo que a Nina y a ti les va a encantar asistir a la fiesta como invitados! ¿No es así, chicas?-, dice Michelle, mientras que las chicas le responden en tono complaciente. Entonces, Daniel llama, por su celular, a Nina para avisarle de la invitación de Michelle, pero, Nina se pone celosa y no acepta. Y es cuando, rato después, Michelle invita a Daniel y a las dos chicas para almorzar, para conocerse mejor: “¿Saben, chicas? ¡Daniel es un caricaturista! ¡Ha inventado toda una legión de Superheroínas! ¿No es así, Daniel? ¿Podrías hablarnos de tus creaciones?” Daniel se pone nervioso y titubea pero, en actitud defensiva, decide complacer a Michelle… y a las dos chicas. Las dos chicas comienzan a interesarse en el tímido Daniel y suspiran por él.
Mientras tanto, en la “80s Store”, Nina [Rebecca Schaeffer] cuelga su teléfono, mientras que Josué [Pablo Martínez], su empleado, almacena unas películas en VHS, mientras mira de reojo a su hermosa jefa. Y suspira por Nina…
-¿Qué te pasa, ah? ¿Por qué suspiras?-, pregunta Nina, con indignación.
-¿No te han dicho que estás hermosa, hoy día?-, responde Josué.
-¡Ya, ya! ¡Sigue trabajando ó sino no quieres que te despida!
-No seas así… sabes que el mal genio hace daño a la gente… ¿Era Daniel, con quién hablabas por teléfono?
-¡Si! ¡Y está con esa tal Michelle! ¡No la soporto!
-¿Por qué te cae mal, Michelle? ¡A mí me parece bellísima y muy buena persona!
-¡Es una “zorra” oportunista! ¡Como la detesto! ¡Y encima quiere corromper a Daniel, para llevarlo a una fiesta con sus amigas de la Hermandad!
-¿Michelle es miembro de una hermandad? ¡Y lo invita a una fiesta! ¡Eso debe ser impresionante! ¡Nunca he ido a una fiesta de una hermandad y deben ser divertidas como en “Animal House” ó “La Venganza de los Nerds.”!
-Bueno, si lo deseas, puedes ir a esa fiesta para corromperte… pero, Daniel se queda conmigo. ¡Y sigue trabajando!-, exclama Nina, mientras Josué le guiña el ojo, indignándola aún más… y sigue acomodando sus películas.
Pero, ese Viernes, en la noche, en un momento de soledad, Claudia Paola reflexiona sobre las palabras de Violante y piensa en Wilbur, su padre, y se da cuenta que debe abrir su mente y su corazón a los pedidos de Wilbur por recuperar su amor. Pero, ¿Cómo ubicarlo? Ella perdió su dirección y teléfono… ¿En el restaurante cubano? Es, en ese momento, que Michelle ingresa al apartamento para avisarles que invitarlas a ella y a Giuliana para una fiesta de su Hermandad. Claudia Paola acepta acompañarlas. Y es cuando ellas se despiden de Violante y se dirigen al auto donde los espera Manolo, el australiano, para después, pasar por la casa de Daniel para invitarlo a la fiesta. Giuliana le brillan sus bellos ojitos de la emoción de volver a ver a Daniel, mientras que Claudia Paola no sospecha que él es hijastro de Don Wilbur.

-¿Te pasa algo, Claudia Paola? No luces del todo contenta…
-¡Bah! ¡No le haga caso, señora Violante! ¡Es una “aguada”!-, exclama Giuliana.
-No es eso… ¿Pero, como vamos a pagar todo esto si ni siquiera tenemos trabajo?-, pregunta Claudia Paola.
-¡Claro que tenemos trabajo! ¿No te das cuenta que somos las asistentes personales de Violante?-, pregunta Giuliana.
-¿En serio? ¡Eso no lo sabía!-, responde Claudia Paola en tono sarcástico.
-¡No te hagas la desinteresada que no te queda! ¡Y agradece el detalle de la señora Violante!-, dice Giuliana.
-¡Eres una ingenua! ¡Todo este lujo podrá cegarte a ti, pero, a mí no me engaña esa señora!-, dice Claudia Paola.
-¡Oye! ¡Más respeto con la señora Violante!-, exclama Giuliana.
-¡Basta, basta! ¡Claudia Paola tiene razón en desconfiar en mí. Después de todo, soy solo una extraña que de repente, les ofrece el cielo y la tierra. Pero, te juro que mis intenciones son sinceras.-, dice Violante, y le pide a Claudia Paola para hablar a solas. Giuliana se retira para ver la pantalla en el Televisor con plasma y cable con canales HD… ¡Uau! La bella Giuliana se impresiona de solo ver los botones del control remoto.
En un rincón, Violante habla con Claudia Paola a solas..
-Dígame, señora, si se le puede decir señora, ¿Qué se trae con Giuliana y conmigo? -, dice Claudia Paola, sospechosa.
-¡Te juro, Claudia Paola que mis intenciones son sinceras! ¡Porque debo saldar una deuda que tengo pendiente…!
-¿Una deuda? ¿De qué está usted hablando?-, pregunta, impávida.
-¡Tengo una deuda con Giuliana! ¡Porque me arrepiento haberla dejado cuando era una bebé!-, exclama Violante.
-¿De qué está usted hablando? ¿No me diga que usted es…?
-¡Si, soy la madre de Giuliana! ¡Aquella madre que la abandonó de pequeña porque creía que iba a luchar tras su sueño, cuando en realidad, su deber era atender a su niña! ¿Ahora comprendes porque soy tan amigable con ella?
Claudia Paola está impactada por la revelación de Violante, mientras que en el otro cuarto, Giuliana, cruzando sus piernas y moviendo los hombros, se entretiene cambiando los canales del cable… se divierte con los documentales… las telenovelas… las películas de amor… y la bella Giuliana suspira apasionada por una escena de amor y se imagina que Juan Carlos… ó Daniel… la besan a ella…
De vuelta en la habitación, Violante sigue hablándole a Claudia Paola…
-¡Esto es inaúdito! ¡Giuliana tiene que saber que encontró su madre!-, exclama Claudia Paola.
-¡No, por favor! ¡No lo hagas! ¡No quiero que Giuliana se entere que soy su madre!-, exclama Violante.
-Pero, ¿Por qué? Creo que ella está en todo el derecho de saberlo…
-¡No! ¡Porque temo que Giuliana me rechace!
-Eso que usted se lo ganó… ¿No se imagina las dificultades que ella pasó en la vida? ¿Dónde estuvo usted cuando ella iba al colegio? ¿O cuando ella se enfermó? ¡Han pasado 20 años sin que ella sintiera el amor de una madre y ahora viene, de repente, con regalos baratos para recuperar lo que usted nunca le ofreció!
-Si, lo admito… ¡Y no te imaginas lo arrepentida que estoy!
-¿Cree que eso es suficiente? Lo siento, pero, creo que Giuliana y yo estamos sobrando aquí. Permiso.-, dice Claudia Paola, mientras le avisa a Giuliana para retirarse. Giuliana no entiende lo que está pasando…
-¡Creo que la señora Violante es quién debe explicarte porque no debemos estar aquí!-, dice Claudia Paola, mirando a la señora Violante, pero, la señora prefiere callar del miedo… y es cuando ambas muchachas se retiran del apartamento.
Camino al ascensor, ellas se encuentran con Manolo [Alex O’Loughlin], vestido con su overol y cinturón de herramientas. Giuliana le guiña el ojo y le mueve los hombros al hombre, mientras que él suspira por ella…
-¡Manolo! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí! ¿Qué estás haciendo?-, pregunta Giuliana, sonriendo al hombre.
-Bueno, vengo de hacer un trabajito en un apartamento cerca, ¿Ustedes?-, pregunta Manolo, sonriente.

En ese momento, viene Michelle [Rachael Finch] y se emociona al ver a Manolo. El hombre desvía su atención hacia la bella australiana y la mira de arriba abajo. Manolo suspira. Michelle le guiña el ojo poniendo celosa a Giuliana.
-Hola Manolo, guapo, ¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Michelle.
-Pues, la señora Violante me ha pedido hacer un trabajito en un apartamento que acabó de comprar.-, dice Manolo.
-¡Si, ese es nuestro apartamento! ¡La señora Violante nos lo regaló!-, exclama Giuliana.
-¡Vamos, Giuliana! ¿Cómo crees que una señora como ella nos va a regalar un apartamento?-, dice Claudia Paola.
-¡Es la verdad! ¡Al principio, no lo creía pero, cuando vi los papeles, me di cuenta que es verdad!-, dice Michelle.
-¡Vaya, Giuliana! ¡Me sorprendes! ¡Ahora eres toda una señorita elegante!-, exclama Manolo.
-¡Sigue siendo la misma Giuliana de siempre! ¿Nos vamos?-, dice Claudia Paola, jalándole el brazo a Giuliana. Pero, Giuliana prefiere quedarse para estar con Manolo y regresar al apartamento que le regaló Violante. Claudia Paola decide quedarse y acompañar a su amiga. Por su parte, Michelle se despide porque tiene que realizar una diligencia importante.
-Hola Manolo, guapo, ¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Michelle.
-Pues, la señora Violante me ha pedido hacer un trabajito en un apartamento que acabó de comprar.-, dice Manolo.
-¡Si, ese es nuestro apartamento! ¡La señora Violante nos lo regaló!-, exclama Giuliana.
-¡Vamos, Giuliana! ¿Cómo crees que una señora como ella nos va a regalar un apartamento?-, dice Claudia Paola.
-¡Es la verdad! ¡Al principio, no lo creía pero, cuando vi los papeles, me di cuenta que es verdad!-, dice Michelle.
-¡Vaya, Giuliana! ¡Me sorprendes! ¡Ahora eres toda una señorita elegante!-, exclama Manolo.
-¡Sigue siendo la misma Giuliana de siempre! ¿Nos vamos?-, dice Claudia Paola, jalándole el brazo a Giuliana. Pero, Giuliana prefiere quedarse para estar con Manolo y regresar al apartamento que le regaló Violante. Claudia Paola decide quedarse y acompañar a su amiga. Por su parte, Michelle se despide porque tiene que realizar una diligencia importante.
Rato después, Michelle camina por los pasadizos de la Universidad, cuando de pronto, pasa cerca de una mesa con inscripciones de alfabeto griego, “Zeta Phi Alpha”, es el nombre de la “Sorority”, la hermandad de mujeres, y de pronto, la hermosa Michelle se pone nostálgica… ¡Snif! En ese momento, dos hermosas chicas [Ursula Coberó y Andrea Duro], una rubia y otra de cabello negro, y con marcado acento español, se le acercan hablar a la hermosa Michelle…
-¡Oye! ¿Acaso no eres Michelle, la presentadora de TV? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice al rubia.
-Si, claro. Vine un ratito… ¿Ustedes son miembras de la hermandad?-, responde Michelle.
-¡Por supuesto! ¡Somos la hermandad de mujeres número uno del todo el país!
-Si, claro, yo pertenecí a esa hermandad… cuando estudiaba en la Universidad de California.
-¿Por qué hablas en pasado? ¡Uno nunca deja de pertenecer a “Zeta Phi Alpha”! ¡Eso es para siempre!-, dice la morena.
-Y nosotras nos sentimos muy halagadas de tener a una celebridad famosa con nosotras. Yo soy Ursula.-, dice la rubia.
-Mucho gusto y yo soy Andrea. Y te queremos invitar a una fiesta este Viernes.-, responde la morena. De pronto, se saludan con el juramento de la Hermandad… intercambian palmadas y se golpean levemente la cola cada una… ¡Zeta Phi! ¡Zeta Phi! ¡Zeta Phi Alpha!
En ese momento, pasa Daniel [Mario Casas], muy apurado. Michelle lo reconoce. Daniel voltea. Michelle le guiña el ojo y él se pone nervioso que se caen los libros al suelo. Ursula y Andrea se ríen de él, pero, Michelle les llama la atención…
-¡Cállense! ¡No se burlen del muchacho! ¡Creo que como buenas “Zeta Phi Alpha” debemos ayudarlos!-, dice Michelle quién se ofrece a levantar los libros a Daniel, pero, él, muy galante, no acepta. Michelle le sonríe a Daniel y le habla:
-Hola Daniel, qué bueno encontrarte aquí… quiero presentarte a unas amigas de la hermandad que pertenezco.
-No sabía que pertenecieras a una “Sorority”… ¡Tengo entendido que son pandillas organizadas!-, dice Daniel.
-¿Quién te dijo eso, muchacho? ¡Eso es una vil mentira!-, exclaman Andrea y Ursula con indignación.
-¡Ejem! ¡La verdad estás equivocado muchacho! ¡Las hermandades son grupos de muchachos que se reunen para compartir experiencias en la vida! ¡Son emocionantes! ¿Sabes? ¡Este Viernes, hay una fiesta! ¿Quieres ir?
-No creo… tengo una cita con mi novia…-, dice Daniel, nervioso.
-¿Tienes novia?-, preguntan las dos chicas al unísono.
-Si, claro. Se llama Nina y la quiero mucho. Ella trabaja en una tienda de nostalgia, muy cerca de aquí.-, dice Daniel.
-¡Yo creo que a Nina y a ti les va a encantar asistir a la fiesta como invitados! ¿No es así, chicas?-, dice Michelle, mientras que las chicas le responden en tono complaciente. Entonces, Daniel llama, por su celular, a Nina para avisarle de la invitación de Michelle, pero, Nina se pone celosa y no acepta. Y es cuando, rato después, Michelle invita a Daniel y a las dos chicas para almorzar, para conocerse mejor: “¿Saben, chicas? ¡Daniel es un caricaturista! ¡Ha inventado toda una legión de Superheroínas! ¿No es así, Daniel? ¿Podrías hablarnos de tus creaciones?” Daniel se pone nervioso y titubea pero, en actitud defensiva, decide complacer a Michelle… y a las dos chicas. Las dos chicas comienzan a interesarse en el tímido Daniel y suspiran por él.

-¿Qué te pasa, ah? ¿Por qué suspiras?-, pregunta Nina, con indignación.
-¿No te han dicho que estás hermosa, hoy día?-, responde Josué.
-¡Ya, ya! ¡Sigue trabajando ó sino no quieres que te despida!
-No seas así… sabes que el mal genio hace daño a la gente… ¿Era Daniel, con quién hablabas por teléfono?
-¡Si! ¡Y está con esa tal Michelle! ¡No la soporto!
-¿Por qué te cae mal, Michelle? ¡A mí me parece bellísima y muy buena persona!
-¡Es una “zorra” oportunista! ¡Como la detesto! ¡Y encima quiere corromper a Daniel, para llevarlo a una fiesta con sus amigas de la Hermandad!
-¿Michelle es miembro de una hermandad? ¡Y lo invita a una fiesta! ¡Eso debe ser impresionante! ¡Nunca he ido a una fiesta de una hermandad y deben ser divertidas como en “Animal House” ó “La Venganza de los Nerds.”!
-Bueno, si lo deseas, puedes ir a esa fiesta para corromperte… pero, Daniel se queda conmigo. ¡Y sigue trabajando!-, exclama Nina, mientras Josué le guiña el ojo, indignándola aún más… y sigue acomodando sus películas.
Pero, ese Viernes, en la noche, en un momento de soledad, Claudia Paola reflexiona sobre las palabras de Violante y piensa en Wilbur, su padre, y se da cuenta que debe abrir su mente y su corazón a los pedidos de Wilbur por recuperar su amor. Pero, ¿Cómo ubicarlo? Ella perdió su dirección y teléfono… ¿En el restaurante cubano? Es, en ese momento, que Michelle ingresa al apartamento para avisarles que invitarlas a ella y a Giuliana para una fiesta de su Hermandad. Claudia Paola acepta acompañarlas. Y es cuando ellas se despiden de Violante y se dirigen al auto donde los espera Manolo, el australiano, para después, pasar por la casa de Daniel para invitarlo a la fiesta. Giuliana le brillan sus bellos ojitos de la emoción de volver a ver a Daniel, mientras que Claudia Paola no sospecha que él es hijastro de Don Wilbur.

Finalmente, Manolo y las chicas llegan a casa de Daniel y es cuando Michelle baja sola a la puerta para avisarle. La bella australiana toca el timbre, cuando en ese momento, se abre la puerta. Es Daphne [Daniela Romo], la madre de Daniel.
-Buenas noches, señora, ¿Es usted la madre de Daniel? Mi nombre es Michelle y soy amiga suya.
-¿Eres amiga de mi hijo? ¡Daniel nunca me ha hablado de ti!-, dice Daphne, con desconfianza.
-Bueno, la verdad, nos conocemos hace poco… pero, él ve mi programa de TV. ¿Lo ha visto?-, explica Michelle. Entonces, la señora Daphne mira con detenimiento el hermoso rostro de Michelle y de inmediato, la reconoce… ¡¡¡Es Michelle, la diva de la televisión!!! ¡¡¡Y está en persona a su casa!!! Entonces, la señora Daphne cambia su expresión de desconfianza a alegría y deja pasar a la hermosa Michelle, mientras le pide sentarse en su sofá y le ofrece algo de tomar. Daphne llama a su hijo al segundo piso. Y Daniel baja junto con Josué. Daniel se emociona al ver a Michelle quién le guiña el ojo y le hace la invitación para ir a la fiesta de su Hermandad. El chico no puede resistirse a los encantos de la hermosa australiana y, convencido por la madre, decide asistir a la fiesta, junto con Josué. Pero, en ese momento, se parece Nina, la hermosa vecina y novia de Daniel, quién, en un ataque de celos, deciden invitarla también a la fiesta. Es cuando Michelle se acomoda, con esfuerzo, en el auto de Manolo, un Toyota Celica de 1993, junto con Giuliana, Claudia Paola, Manolo, Nina, Daniel y Josué, rumbo hacia la fiesta de la hermandad de chicas “Zeta Phi Alpha.”
La fiesta se realiza en la sede principal de la “sorority”, hermandad femenina, donde las presentes liberaban sus tensiones al ritmo de la música y las cervezas. Pero, a Michelle no le hace gracia que Pedro Enrique, el galán de TV, vaya a la fiesta, invitado por la señora Violante, y más cuando el hombre se coquetea con la chica. Por su parte, Giuliana conoce una chica que viste con la moda de los años 70s. La chica es Giselle, una de las amantes de su novio.
CONTINUARA…
-Buenas noches, señora, ¿Es usted la madre de Daniel? Mi nombre es Michelle y soy amiga suya.
-¿Eres amiga de mi hijo? ¡Daniel nunca me ha hablado de ti!-, dice Daphne, con desconfianza.
-Bueno, la verdad, nos conocemos hace poco… pero, él ve mi programa de TV. ¿Lo ha visto?-, explica Michelle. Entonces, la señora Daphne mira con detenimiento el hermoso rostro de Michelle y de inmediato, la reconoce… ¡¡¡Es Michelle, la diva de la televisión!!! ¡¡¡Y está en persona a su casa!!! Entonces, la señora Daphne cambia su expresión de desconfianza a alegría y deja pasar a la hermosa Michelle, mientras le pide sentarse en su sofá y le ofrece algo de tomar. Daphne llama a su hijo al segundo piso. Y Daniel baja junto con Josué. Daniel se emociona al ver a Michelle quién le guiña el ojo y le hace la invitación para ir a la fiesta de su Hermandad. El chico no puede resistirse a los encantos de la hermosa australiana y, convencido por la madre, decide asistir a la fiesta, junto con Josué. Pero, en ese momento, se parece Nina, la hermosa vecina y novia de Daniel, quién, en un ataque de celos, deciden invitarla también a la fiesta. Es cuando Michelle se acomoda, con esfuerzo, en el auto de Manolo, un Toyota Celica de 1993, junto con Giuliana, Claudia Paola, Manolo, Nina, Daniel y Josué, rumbo hacia la fiesta de la hermandad de chicas “Zeta Phi Alpha.”
La fiesta se realiza en la sede principal de la “sorority”, hermandad femenina, donde las presentes liberaban sus tensiones al ritmo de la música y las cervezas. Pero, a Michelle no le hace gracia que Pedro Enrique, el galán de TV, vaya a la fiesta, invitado por la señora Violante, y más cuando el hombre se coquetea con la chica. Por su parte, Giuliana conoce una chica que viste con la moda de los años 70s. La chica es Giselle, una de las amantes de su novio.
CONTINUARA…
Giuliana espabila ya que de los cuernos que tienes no entras por la puerta porque tropiezan
ReplyDeleteNo me acordaba de este capítulo, este es el capítulo donde hago referencias a las fraternidades universitarias. Giuliana es una coqueta, ya he recibido muchas quejas de otros lectores de lo coqueta que es esa chica. Ya veremos que sucede con ella. :)
DeleteSaludos,
Renzo